El amor es la base de todo… Y de los emprendimientos también
Cuando hay
amor el corazón emana un brillo que solo las almas felices lo averiguan, así
mismo las emociones y actitudes cambian y la gene lo detecta. Si nos amamos
profundamente, deseándonos bienestar, tratándonos con respeto y buscando
nuestro propio bienestar, podemos brindarle lo mismo a los demás, lo que nos
lleva a establecer relaciones de pareja que vibran al igual que nosotros; en los
emprendimientos, hacer lo que nos gusta nos da el ánimo para hacer lo que
hacemos y brindar bienestar a la comunidad a través de nuestros productos y
servicios, lo que hace feliz a todo el que se beneficia: socios, clientes,
aliados.
Cuando
tomamos decisiones sobre otras bases, las relaciones pierden los cimientos para la
construcción de un relación que puede volverse tormentosa; lo mismo pasa con
los emprendimientos. Si las ideas que vamos a desarrollar las activamos porque nos metemos en un negocio que es
altamente rentable o que dará ingresos inmediatos, habrá que pensarlo dos
veces. Lo que hace al emprendedor un exitoso es ver cómo su ingenio, en
especial si produce los bienes según su diseño y/o autoría, dará mayores
satisfacciones como el mismo hecho de generar dinero.
Para saber
si estamos en el camino del amor en nuestra toma de decisiones, verifiquemos
estos puntos:
- La decisión que tomes te llena de alegría en el largo plazo. Si el día se pone turbio por todas sus circunstancias, retomas la alegría con solo pensar en tu decisión y lo que ello conlleva.
- Las decisiones las tomas por lo que te dicta tu corazón y no lo que te dictan tus creencias y los consejos que recibes. No te casas porque tu pareja es un buen partido, sino porque te das cuenta de que logran metas juntos, crecen como personas ayudándose mutuamente y no es porque el tren te va a dejar. Igualmente, emprendes porque haces y brindas cosas que te hacen feliz, porque hay gente que valora tu empeño y ves la satisfacción de tus clientes, en vez de pensar que detestas a tu jefe (lo que podría remediarse cambiando de trabajo en algo que te gusta y te hace sentir bien, sin necesidad de emprender).
- Al pasar el tiempo, mantienes el ánimo y tienes la fuerza para superar los obstáculos. Como la vida no siempre es color de rosa, la creencia en uno mismo y la certeza de que lo has hecho bien o para el bienestar de muchos, incluyéndote, esa certeza e permite ver opciones para seguir el camino o hacer variaciones sobre un mismo tema (la relación o el emprendimiento).
- Si tienes dudas al principio, te las vas a encontrar al final. Quien toma la decisión de casarse porque viene un hijo en camino o porque el noviazgo lleva mucho tiempo, esas dudas están indicando que las decisiones se basan en otras cosas que, tarde o temprano, explotarán en el fracaso o en el camino tortuoso. En los emprendimientos pasa igual: si tomas la decisión de emprender porque la desesperación de no conseguir trabajo o porque tienes que estar en el negocio de la familia, aunque te disguste, tarde o temprano explotará la burbuja de la insatisfacción.
- Te amas y amas a los demás. La verdadera muestra de amor propio es que haces lo que te motiva, te llena de bienestar y te mantiene en un estado emocional positivo. Lo mismo pasa con tu pareja: te hace sentir libre, ser tú mismo y pueden construir la vida juntos sin que les pese. En cualquier circunstancia el amor te da soporte y confianza, minimiza tus dudas y te ayuda, por tu fe en ti, en ver opciones cuando los caminos se ponen difíciles.
¿Qué tanto
te quieres? Puedes mejorar en cualquier momento de tu vida; solo suelta el
pasado y acuerda respetarte y confiar más en ti que en lo que te puedan decir terceras
personas para delegarles tus decisiones. Tus comentarios son bienvenidos al
final de este artículo.
Sé que te
gustó esta información, compártela y así beneficias a otros. Y si quieres apoyo
y soporte en este tema, te invito a contactarme por aleciaortiz.consult@gmail.com, o por las redes @aleciaortizmba.
Comentarios
Publicar un comentario