Salud mental ante todo

 




Los acontecimientos vividos en Caracas en los últimos días me han dicho cuán frágil es la salud mental. Puedes estar cuidando tu cuerpo alimentándolo bien, haciendo ejercicio, respetando sus necesidades de hidratación, sueño y alimentación, y tu cuerpo se mantendrá ágil incluso en una situación de peligro físico;  pero con la salud mental es diferente: algunas veces no basta con tener una actitud positiva, pensamientos gestionados y rutinas que eleven tu espiritualidad y fortaleza emocional. Con una situación de gran tensión cualquier experimentado del control de las emociones puede caer. Mis amigos más ecuánimes han desbalanceado su centro al verse obligados a dejar sus hogares o ver cómo balas perdidas dejan sus huellas en ventanas, paredes y otros enseres.

He estado leyendo y trabajando sobre la felicidad y la aceptación de los cambios como herramientas de balance emocional. Según Martin Seligman, en su libro Authentic Happiness, las circunstancias de la vida o factores externos al individuo, junto con factores heredados, apenas influyen en la felicidad personal de un 15 a un 20 % y que los verdaderos motores de la felicidad personal se basan en la manera en que cada individuo procesa y asimila sus factores heredados y circunstancias de la vida. Creo que aquí aplicaría la frase famosa usada por los economistas: céteris páribus, es decir, si no hay cambios. Definiivamente la vida en libertad, donde se aseguren los derechos humanos más simples, podría concordar con ello, pero cuando la vida se torna un estado de zozobra continuo y recurrente, se requiere prestar más atención a los efectos del entorno. Hay quienes no aguantan y prefieren una vida con mayores privaciones pero con la certeza de que si haces un esfuerzo, puedes lograr tus metas, aunque te lleves más tiempo o no importa si tienes mayores privaciones económicas y sociales en un país que no es tu tierra, pero sabes que puedes continuar con lo que consideras una vida normal: trabajar, que tus hijos vivan felices, tener el alimento, vestido y vivienda.

Los mayores retos que tenemos los venezolanos están en: aprender a asimilar los cambios socioeconómicos que nos ponen mayores retos, lo que nos lleva a ser más exigentes en nuestra productividad, más creativos a la hora de plantearnos estrategias para seguir con un vida de comodidades básicas. Por otro lado, quienes han tomado la decisión de partir, el conocimiento del país destino, la red de contactos que puedan servir de apoyo y la preparación económica son factores críticos de éxito. En ambos casos, la actitud emocional positiva respecto a lo que puede suceder, así como el desapego a viejas creencias y a los recuerdos que queremos que vuelvan en el presente, son tareas fundamentales para sobrellevar un estado extremo de peligro e incertidumbre. Las acciones que llevemos a cabo ya sea por nuestra propia decisión o porque nos hemos visto forzados deben verse, luego del desahogo de cualquier emoción que pueda aflorar, como el miedo, la ira, la impotencia, espero estén cargadas de aceptación de una nueva forma de vida, la re-planificación de nuestros objetivos y el afianzamiento de nuestras redes de ayuda, de manera que podamos salir con éxito en el nuevo futuro que estemos construyendo.

¿Has vivido situaciones extremas? ¿Qué te ha ayudado a seguir adelante? Tus comentarios son bienvenidos al final de este artículo.

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