Cuando de compromiso se trata

 



Quien emprende, se compromete. Pareciera que en algunos casos, quien quiere emprender es porque no quiere obligarse con responsabilidades asignadas por terceros, pero quien decide el camino del emprendimiento se compromete y obliga con mucha gente. Romper ese compromiso significa perder la confianza individual y social, lo que hace que el rol no sea tan simple como parece.

Hay quienes me han dicho que emprender los librará de recibir instrucciones, de trabajar para otros, de tener la libertad de trabajar a su propio ritmo… Si es así, entonces no hay compromiso ni tampoco podría hablarse de emprendimiento. El compromiso, esa obligación ante terceros se amplía en la medida en que el emprendimiento crece y se sostiene a lo largo del tiempo, al punto de que puede ser el eje de una población entera, tal como pasó con la empresa Parmalat, en Italia, al dar empleo y desarrollo a toda una población.

En estos días, cuando hay tantas ayudas para el desarrollo de los emprendedores y sus ideas de negocio, con más razón el compromiso es mayor, dado que hay instituciones, gente, organizaciones que apoyan, financian y contribuyen al desarrollo de estas ideas y que apuestan por sus resultados exitosos. Entonces, con mayor razón hay una responsabilidad, compromiso y obligación de hacer ese proyecto se convierta en una empresa sustentable y perdurable.

¿Y con quién es el compromiso? Con todo un sistema cliente:

  1. Los clientes internos: esos que hacen posible que el negocio crezca y se sustente a lo largo del tiempo. El emprendedor se compromete a motivarlos, inspirarlos, asegurarles un espacio de aprendizaje y crecimiento, a que se ganen la vida con honor y con confianza de que ellos pueden contar con el emprendedor y el negocio. Allí no solo están los trabajadores fijos o temporales, también están los aprendices, pasantes,  becarios, tesistas, e incluso los futuros colaboradores y trabajadores, así como sus entornos familiares. Estar pendiente de las generaciones de relevo también es un compromiso con el futuro.
  2. Los clientes externos: son los clientes a los que se ha decidido brindar los productos y servicios y que pagan por el valor que le damos, y son quienes nos inspiran a trabajar más horas, mejorar nuestros productos y servicios y agregar más valor para que nos sean fieles.
  3. Los aliados: esas empresas y personas que no forman parte de nuestro sistema cliente interno, pero que sin su ayuda no podemos seguir adelante, y que no solo son proveedores de productos o servicios, sino que son con quienes hacemos alianzas, join ventures, esas instituciones que complementan nuestro desarrollo, nos financian y nos enseñan y apoyan. Comprometerse a hacer bien el trabajo del negocio da confianza y bienestar a quienes nos proveen y así ayudamos a cada sistema cliente de cada uno de ellos.
  4. El Estado: nos hemos comprometido con el Estado a cumplir con las leyes, trabajar en lo lícito y contribuir con el desarrollo económico y social del país. Contribuimos con el Producto Interno Bruto y con el tejido empresarial del país.
  5. El ambiente: Al emprender con conciencia ecológica y ambiental cuidamos los recursos naturales y nos hacemos más eficientes. Las siguientes generaciones nos lo agradecerán
  6. La sociedad: Trabajamos para un nicho de mercado que tiene familia, amigos y relacionados. El bienestar de nuestra comunidad circundante es parte de nuestra tarea. Por ello, es importante el pensamiento de economía circular, el empresario B y la construcción de alianzas para impulsar y/o desarrollar iniciativas sociales que vayan más allá de los productos y servicios ofrecidos al mercado. El bienestar de los demás se traduce en bienestar para todos.

¿Qué tan comprometido(a) estás con tu emprendimiento? Tus comentarios son bienvenidos al final de este artículo. Cuéntanos cómo ves la vida emprendedora respecto al compromiso adquirido.

Sé que te gustó esta información, compártela y así beneficias a otros. Y si quieres apoyo y soporte en este tema, te invito a contactarme por aleciaortiz.consult@gmail.com, o por las redes @aleciaortizmba.


En la foto, Harrison Mozo, un emprendedor comprometido

 

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