Los cinco elementos que te ayudan a tener éxito


 


Todas las mañanas leo un libro de conversación con el Santísimo Sacramento, y hay una parte donde Jesús me pregunta: “Dime si te sale mal tu empresa y te diré las causas del mal éxito”. Mis respuestas diarias son toda una obra teatral: cuando estoy angustiada, digo intransigente “¡estoy esperando tu respuesta!”, otras veces hablo con menos exaltación y pido la respuesta, y en otras oportunidades doy gracias por la respuesta. No me he dado cuenta de que me responde de manera no convencional. Lo que he recibido como respuesta es que no he aplicado estos puntos:

1.       Paciencia. En este siglo nos hemos acostumbrado a la inmediatez de las cosas y situaciones, y las nuevas generaciones están siendo educadas para tenerlo todo ya. El hábito de esperar y cultivar la paciencia parece que están desapareciendo de nuestras vidas; así, el agobio por no tener lo que queremos cuando lo queremos nos lleva a niveles de tensión y desesperación, lo que nubla nuestra forma de pensar y encontrar salidas a cada situación. Si cultivamos la paciencia con la meditación y el mindfulness podemos aquietar nuestras emociones y encontrar respuestas y oportunidades a las situaciones que encaramos. En mi experiencia, al fijarme en el problema y no ver el contexto, me ha dejado por fuera de mi radar los pequeños pasos que he podido dar en pro de una resolución. Que no se den las cosas exactamente como quería, no significa que no haya tenido éxito. Richard Carlson recomienda practicar la quietud y la meditación para manejar las inevitables presiones de la vida, dado que practicar el tener la mente quieta ayuda a ponernos en contacto con los recursos internos de nuestra mente.

2.       Desapego a los viejos hábitos. Hacer, por defecto, lo que estamos acostumbrados a hacer para resolver cualquier situación, irremediablemente nos llevará a los acostumbrados resultados. Einstein dijo que si quieres resultados diferentes, haz las cosas de manera diferente. Y dijo que es insano esperar resultados diferentes haciendo siempre lo mismo. Así que revisa los hábitos: hay unos, como el de la procrastinación y el de esperar respuestas milagrosas, sin acción posible, que nos sacan del camino del éxito. La falta de compromiso y hacer responsables a terceros son otros hábitos que podemos ir desechando.

3.       Visión de conjunto. El foco en un punto particular del problema no nos deja ver las incidencias de otras variables en nuestras circunstancias, así como las resoluciones y oportunidades que ayudan al problema central. Que alguien de tu confianza te ayude a hacer una lista de las cosas que has logrado te va a ayudar, porque nuestra perspectiva nos deja en punto ciego algunos hechos y relaciones.

4.       Análisis. Al desarrollar la visión de conjunto podemos desarrollar también nuestra capacitad analítica, desglosando en partes cada circunstancia, planteando hipótesis sobre causas y consecuencias, relacionando elementos, buscando piezas faltantes y fuentes de recursos. Entender el problema sin pasiones nos muestra las oportunidades de manera objetiva.

5.       Confianza. Creer en uno mismo, en que hay un Ser Superior, que Dios existe y nos cuida, nos da la fuerza para seguir adelante. Adicionalmente, relacionarse con gente que tenga una visión de futuro parecida a la nuestra, que genere emociones positivas y que brinde ideas desde una perspectiva diferente, ampliará el camino al éxito. Hacerse un grupo de Master mind como lo señala Napoleón Hill nos llena de una visión más amplia y genera mayores oportunidades para lograr el éxito. La gracia está, entonces, en encontrar estas personas que resuenen con nuestros pensamientos y tengamos la confidencia para creer en su genuina ayuda. Reglas claras y conocimiento de los allegados nos evitará malos entendidos.

Seguramente hay otros elementos; para mí, estos son de vital importancia. ¿Cuáles son los tuyos?

Comentarios

Entradas populares de este blog

El cambio de paradigmas a la hora de gestionar negocios

Creencias y sistemas

Mi querida Chica Plástica