Suelta y acepta el cambio


 


Me llaman la atención los empresarios que se empeñan en seguir haciendo las cosas tal como las aprendieron hace unos años atrás, como cuando iniciaron sus negocios, y pretender gestionarla con los mismos estándares. También, me he encontrado con emprendedores que desean montar un negocio tradicional, basado en los negocios de los años 80 o 90, con sus locales, vendedores y estantes llenos de mercancía, incluso sin saber lo que van a vender, solo por el hecho de contar con el local. Todas estas ideas, conversaciones y acciones me reflejan el apego a las creencias y conocimiento de un pasado que ha cambiado y que requieren un refrescamiento.

Una idea que aparece en todas las circunstancias es el cambio: todo es cambiante, nada es eterno; desde el mismo ser humano hasta la forma de hacer las cosas. Si nos vemos en el espejo, veremos que nuestro semblante, nuestra piel, incluso la moda que usamos no es igual a la de hace 10 años; las series que veíamos en la televisión son diferentes a esa época e incluso, nuestros elementos de distracción son diferentes: ya no vemos televisión abierta, sino por cable o streaming, y el teléfono, que antes era para llamar y comunicarnos, ahora es un centro de trabajo y distracción. Cuando era niña, jugábamos en el parque; ahora los niños juegan virtualmente. En otras palabras, todo nos indica que el cambio es constante e inevitable, pero insistimos en conservar mucho conocimiento que nos lleva a actuar de la misma manera en que lo hicimos en el pasado, porque pensamos que tuvimos éxito y se puede repetir.

En la gerencia actual se está incorporando el término gerencia ambidiestra, justamente para mantener, por una parte, lo que se mantiene como exitoso en un negocio, a la vez de incorporar nuevas ideas y nuevas formas de agregar valor, por otra parte. Es lo que se conoce como intraemprendimiento. Para todo evento, abrazar el cambio, sea cual sea, nos ayudará a crear un espacio de libertad y creación, no solo en los negocios sino en cualquier aspecto de nuestra vida. El desapego nos conduce a ver cada situación o la vida misma con otras perspectivas y nos ayuda a transitar un camino nuevo, al que podemos agregar nuevas experiencias y aprendizajes. Para aceptar el cambio, veamos algunas recomendaciones:

  1. Estudia. Actualizar el conocimiento, ver las nuevas tendencias en un área y saber sobre nuevos descubrimientos permite ampliar las perspectivas. No solo te da pie para nuevas conversaciones, sino que te ayuda a incrementar la creatividad.
  2. Revisa. Analizar tanto tus creencias como tu conocimiento y ver qué funciona y qué no, te permitirá deslastrarte de actitudes y acciones que no son productivas en ningún ámbito. Un ejemplo de ello es llevar una agenda. Si te gusta escribir a mano y tener un registro en papel y te funciona, es una creencia que puedes conservar, pero si la dinámica te dice que llevar un cuaderno es impráctico porque está lleno de papelitos, notas y actividades que se te pierden en las páginas de la agenda porque no las concretaste el día que esperabas, una agenda electrónica te servirá mejor.
  3. Observa. Detente un momento y ve lo nuevo que hay en la vida: desde la tecnología hasta el comportamiento y hablar de la gente; observa cómo ha cambiado tu vecindario, tu comunidad y tu entorno regional o nacional, de manera que puedas ver oportunidades.

¿Eres de los que ven todo como si nada cambia y te resistes a lo nuevo o eres de lo que en ciertas temporadas revisas lo que hay que sacar? Te reitero que más allá de actualizar el clóset o la tecnología, actualizar pensamientos, creencias, perspectivas y acciones tiene su importancia también. Tus comentarios son bienvenidos al final de este artículo.

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