Este año sí (y 2)


En mi entrada anterior escribí sobre el porqué no cumplimos nuestras metas; ahora escribo mis recomendaciones para concretar los logros en este Año Nuevo. Si tienes la motivación y la energía que transmite el Año Nuevo, aprovecha el impulso y pon estrategia a tus metas. Mis recomendaciones al respecto las menciono a continuación.

  1. Inicia con una lista de tus sueños más anhelados. Es importante que busques cumplir tus sueños, no los de los demás. En este sentido, evita plantear objetivos como “quiero que mi hijo estudie en la universidad”; si bien es un orgullo materno, la satisfacción y realización del objetivo logrado, la sensación de bienestar, en vez de ser de ti, recaerá en él, y puede ser que ese no sea su objetivo; es por ello que, antes de plantearte un logro que alcanzar, revises si es de tu accionar para tu satisfacción. Aquí te invito a que revises cuáles han sido tus sueños, esos que tienes desde tu infancia y que no has podido cumplir, esos sueños que se relacionan con tu felicidad y bienestar personal, con tu realización personal y con tu crecimiento espiritual. Para recordarlos, te invito a meditar unos minutos y así dejas que tu inconsciente te hable.
  2. Evalúa tu desempeño pasado como si fueses otra persona. Revisar logros y áreas de mejora te ayudará a tomar conciencia del porqué de tus fallas y tus fortalezas para seguir obteniendo éxitos. Aquí te invito a que recuerdes en qué áreas te desempeñas mejor, cuáles son tus habilidades, talentos, experiencias que te pueden ayudar, cuáles son esas actitudes que te motivan y te hacen salir adelante. De la misma manera, sin hacer juicios destructivos, haz una lista de las áreas que puedes mejorar como persona. Si se te hace difícil, conversa con alguien cercano sobre tus fortalezas y áreas de mejora; te sorprenderás con lo que ven otras personas, dado que usualmente no vemos virtudes que otros sí ven.
  3. Analiza el aquí y el ahora. Puedes escribir un mapa de cómo te sientes, qué estás viviendo, cómo es tu realidad personal, de manera que puedas establecer lo que quieres cambiar, con base en lo que te desagrada o no te hace sentir bien. Te invito a que plantees diferentes perspectivas, como el trabajo, el hogar, las relaciones familiares, la relación de pareja, por ejemplo. Recuerda, es tu perspectiva la que está haciendo el mapa.
  4. Declara y correlaciona los objetivos y metas. Aquí te invito a que redactes unos cuantos objetivos y revises que sean específicos (que respondan qué es lo que quieres lograr y en qué términos), medibles (que puedas ver su desarrollo y cumplimiento), realizables (que pueda llevarse a cabo mediante ttareas). Para ello, puedes comenzar utilizando un verbo en infinitivo, la circunstancia donde funciona la acción y los resultados esperados. Un ejemplo puede ser: en vez de declarar “quiero ganar más dinero”, puedes declarar “Generar ingresos extras con la venta de X producto que sé hacer, de manera que duplique mis ingresos de este mes”, así sabrás qué hacer y cuál es el punto en que te satisfacen los resultados.
  5. Plantea objetivos por niveles y/o perspectivas. Una herramienta organizacional exitosa es el cuadro de mando integral, o balanced scorecard, que se basa en el entendimiento del fin último a lograr (visión), tomando en cuenta varias perspectivas (clientes, accionistas, procesos, competencias). Si bien es cierto que estas perspectivas no aplican al cumplimiento de objetivos personales, particularmente me he planteado varias perspectivas: Salud, dinero, amor (y esta, a su vez, está subdividida en familia, pareja, amigos), cumplimiento de sueños y propósito de vida. Te invito a que te plantees las perspectivas que quieres abordar según tu mapa del aquí y el ahora (laborales, familiares, espirituales). De esta manera puedes corroborar si un objetivo relacionado con el dinero, como el ejemplo anterior, es más un objetivo específico para alcanzar uno mayor, como por ejemplo montar tu propio negocio o viajar hacia otros países. Usualmente, estas perspectivas mayores requieren de cumplimientos de objetivos más específicos, como el generar el dinero extra. Eso me lleva a relacionar el primer punto: revisa tus sueños más profundos y anhelados, y haz un mapa donde puedas establecer cómo se conecta cada perspectiva y cómo apoya un objetivo al cumplimiento del siguiente.
  6. Correlaciona estrategias, recursos y tiempo. Otro hallazgo que encuentro a menudo es que podemos darle estructura a un objetivo, pero lo dejamos hasta allí. Si el objetivo es de largo plazo, por ejemplo, perder 10 kg de peso corporal en un año, dejamos a un lado la visualización del cómo se hará y los hitos que indicarán si estamos en buen camino. Aquí es donde tiene sentido la frase “el elefante se come en pedacitos”. Visualizar la estrategia o el cómo se hará (en el caso del ejemplo, con el ejercicio físico y un régimen alimenticio diferente) nos permitirá visualizar el primer paso, que felizmente, se convertirá en una meta, como “inscribirme en el gimnasio” o “iniciar caminatas aeróbicas los lunes, miércoles y viernes, de 6 a 7 de la mañana”. La ventaja de las metas es que brindan la especificidad para programar las actividades y tareas, dado que indican tiempo, lugar y recursos. En este ejemplo, el gimnasio o el parque más cercano se convierten en recursos tangibles. Al descubrir qué recursos son requeridos y cuáles están disponibles, trazan el camino para ver opciones con otros recursos más asequibles, ya sean tangibles o intangibles (por ejemplo: “no sé cómo hacer ejercicios aeróbicos, así que me puedo buscar a un entrenador o un amigo que me oriente”).
  7. Plantea indicadores de medición de los logros. Puede causar frustración el no saber si vamos en el camino correcto, y la mejor manera de saberlo es midiendo los avances. Tan lo como los objetivos, metas y criterios de medición deben ser pensados con el criterio de realidad, es decir, que sean realizables de acuerdo con la realidad de quien se plantea estos objetivos. Un ejemplo clásico que uso en mis clases es que yo desee ganar el título de “Miss Venezuela”. ¡Es irrealizable! Si bien es cierto que hay gente muy optimista que me indica que todo se puede, mi realidad (mi edad, mi estructura corporal) indica que no es realizable. ¿Y si busco el título de “Mrs Venezuela? Entonces se está planteando un nuevo objetivo, de acuerdo con la realidad. Y su medición estará en función de los pasos para lograrlo: cuánto debo bajar de peso, qué debo moldear del cuerpo y cómo lo haré, aprender a modelar en pasarela con tacones altos, según los estándares del certamen, entre otros.
  8. Busca apoyo para lograr cambios mayores. He observado que a la mayoría de la gente no reconoce las responsabilidades; es un tema de cultura, y en Venezuela, país donde vivo, se nos ha enseñado en las últimas décadas que la responsabilidad es de otros y la individualidad es inocente. El discurso estadal ha sido un fuerte modelo, por su hegemonía comunicacional, y por ende, tendemos a esperar que sea lo demás lo que cambie. Si pudiéramos ver que la arena, tan maravillosa, está compuesta de granos mínimos, pero que juntos hacen una maravilla, pudiésemos tomar conciencia de nuestro rol en la sociedad y los cambios que podemos hacer desde nuestra posición. Es una muy buena opción para plantearnos objetivos de alta envergadura, ya sea organizando otros recursos, a la vez que tomamos conciencia del aporte individual para lograr la sinergia.
  9. Controla los resultados. Plantear una ruta de trabajo y verificar las desviaciones, nos ayuda a revisar la viabilidad del programa y, si no está funcionando, tomar medidas antes de que sea tarde. Estas medidas nos llevan a mirar la ruta con otra perspectiva y plantear nuevas acciones cuando las establecidas no funcionan, y reforzar las que sí. Si esperamos al final del plan, podemos correr el riesgo de perder oportunidades únicas y hasta de poder plantearnos el objetivo nuevamente.
  10. Ante la procrastinación, recuerda la satisfacción. Aquí te recomiendo que recuerdes un momento en el cual has tenido altos niveles de motivación y satisfacción, y utilices esos pensamientos, emociones y sentimientos como disparadores de tu motivación. Cuando el desánimo te invada y las excusas empiecen a hacerse tonar para sabotear tus logros, recuerda qué te motivó a plantearte estos objetivos y revive las emociones y sentimientos que te planteaste originalmente. Te aseguro que te harán moverte nuevamente hacia el camino de tu ruta de trabajo.


Espero que con esta información, puedas cumplir tus sueños. Escríbeme si quieres mayor información sobre el tema.

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