Este año sí (1)



Todos los años se repite el mismo ritual: Hacer la lista de objetivos del Año Nuevo, hecha con mucho entusiasmo, motivación y certeza de que se lograrán todas las metas. Pero, ¿a cuántos les ha pasado que hacen una lista de metas que cuando llega el final del año no se han cumplido? Es hora de revisar los factores que evitan el cumplimiento de metas. Lo que he observado como mentora y facilitadora de formación, es que hay factores que no se contemplan a la hora de plantearse las resoluciones de Año Nuevo o cualquier objetivo que se tenga presente llevar a cabo. He aquí los factores más relevantes que entorpecen el cumplimiento de cualquier cometido.

  1. La auto-percepción no reconoce los logros alcanzados. Las miradas de autoevaluación y percepción del yo usualmente es más implacable que cuando hacemos una observación externa, lo que impide ver los logros pasados. En términos generales, las personas se enfocan más en lo que salió mal que en lo que salió bien. Adicionalmente, el enfoque hacia lo cotidiano desvía la mirada hacia los logros. Si le preguntan a una persona que ha hecho una hazaña heroica, por lo general, lo verá como un acto que se debía hacer y tardará en ver la trascendencia de su acción.
  2. El desconocimiento del aquí y el ahora. He observado que más de la mitad de la gente que se acerca a mí a comentarme sobre sus metas o propósitos de cualquier índole, no toman en consideración las circunstancias actuales que les permitan establecer un punto de partida. Cuando facilito formación en el área de planificación o emprendimiento, el 90 % de las personas se saltan este punto, que es vital para determinar el tamaño del camino para realizar los objetivos. Es común que no se perciban ni los aspectos internos, en especial las fortalezas, ni las influencias del entorno para plantearse estrategias.
  3. Falta entrenamiento para declarar y correlacionar los objetivos y metas. El uso de una declaración específica y afirmativa de los objetivos es un ejercicio que no todos lo han desarrollado, y a pesar de recibir orientación profesional de coaches y estrategas para establecer objetivos específicos, medibles, realizables, con definición de verbos en infinitivo, la circunstancia donde funciona la acción y los resultados esperados, requiere hacer varias prácticas. El proceso de comunicación nos hace una mala jugada al declarar con la estructura superficial nuestras intenciones, de manera que, inconscientemente, dejamos a un lado información específica y la generalizamos, y esta versión sintetizada elimina información clave para una visualización distorsiona el significado.
  4. Existe disociación entre objetivos, estrategias y recursos. Otro hallazgo que encuentro a menudo es que podemos darle estructura a un objetivo, pero lo dejamos hasta allí. Si el objetivo es de largo plazo, por ejemplo, perder 10 kg de peso corporal en un año, dejamos a un lado la visualización del cómo se hará y los hitos que indicarán si estamos en buen camino. Aquí es donde tiene sentido la frase “el elefante se come en pedacitos”. Visualizar la estrategia o el cómo se hará (en el caso del ejemplo, con el ejercicio físico y un régimen alimenticio diferente) nos permitirá visualizar el primer paso, que felizmente, se convertirá en una meta, como inscribirse en el gimnasio o iniciar caminatas aeróbicas los lunes, miércoles y viernes, de 6 a 7 de la mañana. La ventaja de las metas es que brindan la especificidad para programar las actividades y tareas, dado que indican tiempo, lugar y recursos. En este ejemplo, el gimnasio o el parque más cercano se convierten en recursos tangibles. Al descubrir qué recursos son requeridos y cuáles están disponibles, trazan el camino para ver opciones con otros recursos más asequibles, ya sean tangibles o intangibles (por ejemplo: “no sé cómo hacer ejercicios aeróbicos, así que me puedo buscar a un entrenador o un amigo que me oriente”).
  5. Faltan indicadores de medición de los logros. Puede causar frustración el no saber si vamos en el camino correcto, y la mejor manera de saberlo es midiendo los avances. Tan lo como los objetivos, metas y criterios de medición deben ser pensados con el criterio de realidad, es decir, que sean realizables de acuerdo con la realidad de quien se plantea estos objetivos. Un ejemplo clásico que uso en mis clases es que yo desee ganar el título de “Miss Venezuela”. ¡Es irrealizable! Si bien es cierto que hay gente muy optimista que me indica que todo se puede, mi realidad (mi edad, mi estructura corporal) indica que no es realizable. ¿Y si busco el título de “Mrs Venezuela? Entonces se está planteando un nuevo objetivo, de acuerdo con la realidad. Y su medición estará en función de los pasos para lograrlo: cuánto debo bajar de peso, qué debo moldear del cuerpo y cómo lo haré, aprender a modelar en pasarela con tacones altos, según los estándares del certamen, entre otros.
  6. Los cambios se esperan desde afuera. He observado que a la mayoría de la gente no reconoce los las responsabilidades; es un tema de cultura, y en Venezuela, país donde vivo, se nos ha enseñado en las últimas décadas que la responsabilidad es de otros. El discurso estadal ha sido un fuerte modelo, por su hegemonía comunicacional, y por ende, tendemos a esperar que sea lo demás lo que cambie. Si pudiéramos ver que la arena, tan maravillosa, está compuesta de granos mínimos, pero que juntos hacen una maravilla, pudiésemos tomar conciencia de nuestro rol en la sociedad y los cambios que podemos hacer desde nuestra posición.
  7. El aplazamiento como patrón de conducta. Así como vemos las responsabilidades como una situación externa, en estas latitudes tenemos una cultura de dejar todo para última hora: lo vemos especialmente en el pago de los impuestos o las colas para las compras en la víspera de Navidad. Lo pudiésemos resolver con una programación ajustada a cada circunstancia individual y con el compromiso de cumplir con nuestra agenda. Sin embargo, el miedo, escondido tras la forma de diferentes excusas, sabotea cualquier logro.

Espero que con esta información, puedas tomar conciencia de lo que te detiene para cumplir tus sueños.

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