El cambio emocional ¿Se puede lograr?


Desde pequeña he sido reconocida por tener un carácter fuerte y por tomarme la vida muy en serio, al punto de que mis gestos parecieran que estoy disgustada (posiblemente,  inconscientemente, sí, con las situaciones, personas y eventos que pasan en la vida y que he juzgado de manera negativa). ¿Te has sentido alguna vez así? Suele suceder a los adolescentes, una etapa de rebeldía natural o en los niños que todavía no han entrado en la lección de evitar exasperarse cuando las cosas no son inmediatas.

Sin embargo, desde hace algún tiempo los comentarios han cambiado. Pasé de una gruñona a una eterna optimista, que ve siempre razones para salir adelante ante toda situación (incluso viviendo en Venezuela el peor escenario de un régimen comunista, que ha empobrecido al país y ha destruido su infraestructura, al igual que la psiquis de sus habitantes). ¿Cómo lo hice? Aquí algunos consejos.

  1. Creer en Dios. No te pido que seas de mi religión, sólo te pido que creas que hay un Ser Superior por encima de la humanidad. Hace unos años leí que las personas más desdichadas son las que no creen en Dios, por cuanto al no creer en Dios, pierden la seguridad de que algo superior pueda ayudarlos o protegerlos. La sensación de desvalijo es mayor sin la visión espiritual cuidada por alguien más que nosotros mismos, los humanos. Atender el aspecto espiritual de la vida incluso te lleva a cambios hacia el servicio, y la satisfacción al ayudar al prójimo es invaluable. Saber que la vida tiene un propósito de orden social da la sensación de que vale la pena estar vivo.
  2. Estudiar. Empezar a leer libros y ver materiales sobre la inteligencia emocional, las neurociencias, la PNL y todo lo relacionado con el crecimiento personal y espiritual. Nunca vas a enterarte si no lees o tomas algún curso al respecto. Si te parece mucho, ¿qué tal si buscas en las redes? La idea es que te instruyas de una manera cómoda (reconozco que leer no solo te instruye, sino que afina tu constructo mental y mejora tu ortografía).
  3. Monitorea tus pensamientos y tu vocabulario. Si encontraste uno negativo, de esos que salen en forma automática (“qué buenos días…”, “esto no lo arregla nadie”, por ejemplo), toma unos segundos para cambiarlo y empieza a pensar cómo quieres que sea tu realidad. Posiblemente, al inicio encuentres una resistencia porque tu realidad te reafirma estos pensamientos. Parte de lo que hace tu realidad es lo que piensas. La neurociencia y los estudios metafísicos indican que primero se piensa y luego se construye la realidad. Y un ejercicio de PNL que es efectivo: antes de dormir, justo cuando tu cuerpo se acomoda para dormir, piensa en lo que quieres lograr, cómo quieres que sea tu próximo día o algo que quieras cambiar. Incluso, si necesitas inspiración o la respuesta a alguna inquietud, visualiza que ya estás logrando lo que quieres; esto acomoda al subconsciente para que tu realidad se transforme.
  4. Entrenar a la mente. En el día, busca momentos para meditar y visualizar lo deseado, darte el permiso para experimentar las sensaciones positivas que la visualización te brinda, y toma unos minutos para recrear con todos tus sentidos  el bienestar de tu visualización. A la hora de atravesar una situación, enfócate en lo que te sucede, sin importar lo pasado o lo futuro. El foco se logra en prestar atención lo que pasa en el presente mismo.
  5. Escoger a un mejor grupo social. Puede ser que, sin pensarlo, te estás rodeando de personas tóxicas, de estas que te cansan con sus conversaciones, con sus acciones y donde puedes ver sus circunstancias con una mirada práctica, cuando ellos tomaron la decisión de seguir en su miseria, cualquiera que sea. Es el momento entonces de empezar a buscar gente vibrante, positiva, enérgica, que te llene de vitalidad. Algunas veces las encuentras en tu propia familia, y si tu intención consciente es encontrarte con gente que te anime, el universo  te juntará con gente que esté con tu misma vibración. Así lo indica El Secreto. Por mi propia experiencia, puedo decir que trabajar con jóvenes, y emprendedores, ha sido revitalizador para mí.


No te voy a asegurar que vivirás feliz para siempre: pero estos consejos te ayudarán a superar situaciones de extrema tristeza. Estos momentos y emociones negativas nos traen siempre aprendizajes, y cuando pasan, las dejas ir. Puede ser que la vida se parezca a una montaña rusa, donde algunas veces estás arriba y otras, abajo. La idea es estar el mayor tiempo posible arriba, y aprender a ver estas emociones negativas de manera diferente: controlarlas, gestionarlas, pero que no sean ellas las que dominen tu vida.


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