Si hay algo que te cambió la vida...

 

Si eres de las personas que han sufrido por la pérdida de un ser querido, la pérdida de la salud o de bienes materiales; si te quedaste sin tu trabajo y sigues con las responsabilidades de siempre, este escrito es para ti. Se lo iba a escribir a Chino Miranda, quien ha comentado públicamente su circunstancia de salud, pero sería egoísta de mi parte si solo viera una sola historia, sabiendo que hay mucha gente que tiene sus circunstancias personales y que las comenta con poca gente o se las guarda. He llegado a la conclusión de que todos tenemos una historia no muy alegre que no es pública.

Quienes  hemos pasado por una circunstancia que nos obliga a cambiar de vida, con el mejor o el peor  ánimo hay que aceptarlo. Ponerse a pelear con la vida, según Deepak Chopra, es pelear con la Divinidad y con todo el universo. Así que, lo mejores consejos los dejo a continuación:

1. Analiza la situación. Primero, hay que hacer un control de daños: ver qué cambia y qué no; en el caso de una enfermedad discapacitante, evaluar qué se puede continuar haciendo y qué no permite hacer los ajustes con mayor objetividad. Reconocer nuestra esencia y nuestros mejores atributos que siguen vigentes nos permitirá replantearnos la forma de ganarnos la vida, de relacionarse con los familiares y allegados, ajustar el entorno para seguir adelante. Debo reconocer que Venezuela no es un país pensado para personas con limitaciones físicas, así que ese punto debe estar en el análisis: Si se puede tomar el transporte público, si las aceras y pasos peatonales son fáciles de transitar, de manera de ajustar las salidas con alguna ayuda, sea esta humana o tecnológica.
2. Ponte en los zapatos de las personas afectadas. Algunas veces, cuando hay una pérdida en la familia, algunos ven solo el lado personal y no presentan empatía por el resto de la familia. Si es una condición limitante en la autogestión, ponerse en los zapatos del cuidador puede ayudar a mejorar las actitudes de los involucrados. En el caso de Chino, empezaron las publicaciones sobre la terminación de su matrimonio. ¿Acaso quien escribía esos chismes se puso a pensar en lo que significa seguir con una vida, atender a un niño pequeño y cuidar a una persona que requiere atención constante para eventos que los sanos damos por sentado? Aquí debo felicitar a quienes asumen esa responsabilidad. En el caso de un duelo, cada quien lo asume de manera personal y eso no significa que el dolor sea mayor o menor en los miembros de una familia. Estas discordias pueden conversarse con un terapetua, en caso de ser necesario.
3. Realiza los ajustes. Visualizar la nueva forma de vida, pedir ayuda, aprender nuevos oficios o ir a terapia son acciones concretas que abrirán el camino para la nueva vida. Añorar el pasado no sirve de nada; en al caso, una actitud agradecida a Dios por las experiencias vividas que se tuvieron antes de este cambio te ayudará a ver la vida con una mirada optimista, en vez de lamentarte por este cambio que pudo ser drástico. Ver el cambio como una manera de limpiar el karma, una oportunidad de aprender sobre las cosas trascendentes de la vida y una oportunidad de servir a otros con los dones que hemos re-descubierto o las enseñanzas que podemos dar con nuestra historia, seguramente darán bienestar a terceros.

¿Cuál sería tu actitud hacia un cambio de esta naturaleza? Tus comentarios son bienvenidos al final de este artículo.

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