¿Ser emprendedor o «matar tigres»?
En mis
resoluciones de Año Nuevo, esta vez no escribí mucho porque adelanté mis
objetivos a mediados del año pasado: meditar, acercarme más a mis amigos, revisar
mi curva de valor como asesora. Este año me he propuesto leer más y escribir
más. De ahí que lo que he estado leyendo, sin haberme propuesto un tema, ha
sido el liderazgo, tema fundamental en las decisiones que tomamos para ganarnos la vida, y me pregunto si tú, quien me lees, tienes la disponibilidad
de hacer algo diferente para mejorar tano tu situación financiera como tu
satisfacción personal al lograr tus sueños.
Como
asesora puedo decir que la mayoría de quienes toman el camino emprendedor quieren un cambio en su vida que les permita tener el control, disponer de su propio horario, establecer los lineamientos de qué hacer y cómo hacerlo, y
en especial tener rentabilidad a lo largo del tiempo o hacer dinero rápidamente; en especial en este año que ha terminado, el Covid-19 ha disminuido
los ingresos económicos en la mayoría de la población venezolana y le ha dado en qué pensar. Pero esta decisión conlleva unas consecuencias y unos requerimientos para el éxito.
Si lo que
quieres es «matar tigres» o hacer una actividad que te permita obtener ingresos
instantáneos para solventar una situación, puedes decidir vender lo que mejor
crees que pueda ser fácil y sin inconvenientes. El mercado de la comida hecha,
como hamburguesas, tequeños y tortas ha crecido mucho en los últimos meses de
2020 en Venezuela, debido a que la gente ha estado más tiempo en casa y ha
tenido la oportunidad de experimentar con productos de esta naturaleza. Otro mercado que ha crecido es el de la
comercialización de productos importados (cabe mencionar que la producción
industrial nacional ha mermado). En ambos casos, parece prometedor: si necesito
algún dinero, produzco algún producto que me salga bien o compro al mayor
(depende de la disponibilidad presupuestaria) y vendo. Ahora bien, la
consecuencia está en que no hay visión de largo plazo y por consiguiente no hay
sustentabilidad: tus clientes te comprarán una vez solamente, y si empiezas a
vender cualquier cosa, posiblemente la gente no confíe en ti, dada tu impresión
de apuntar a cualquier cosa sin tener experticia; y seguramente trabajarás en
función de tus necesidades y no las del cliente, por lo que perderás mercado. Y
al no haber esa visión, seguramente quedarán por fuera actividades propias de
la sostenibilidad: análisis del mercado, de las operaciones y la rentabilidad.
Estas consecuencias ocurren porque no hay mucho requerimiento para el éxito,
pero las consecuencias de mediano plazo se reflejarán en el retorno de tu
inversión.
El que se
anote en un proceso de emprendimiento, está asumiendo muchas consecuencias: en
algún momento asumirá los roles de líder y gerente, pensará en el impacto
social, como la ecología, la generación de empleos, el impacto económico
familiar y el cambio cultural de la comunidad donde servirá. Igualmente, la
consecuencia inicial es que deberá invertir mucho tiempo al emprendimiento,
dado que es necesario:
1. Establecer un modelo de negocio,
validarlo con el propósito de vida, certificar que productos y servicios son
aprobados por los segmentos
2. Trazar un plan de implementación y
seguimiento, proyectado a varios años
3. Incluir gente en el negocio y
aliados
4. Buscar recursos tangibles,
intangibles y financieros
5. Desarrollar marcas de productos y/o
corporativa, según sea el caso
6. Manejar canales de comunicación, distribución
y ventas, según sea el caso
7. Ajustar procesos, segmentos,
portafolio de productos y servicios
8. Repetir el ciclo tantas veces como
sea necesario
Si este es
tu caso, toma nota de las competencias que debes tomar en cuenta:
1. Liderazgo: implica transmitir
confianza, respeto, entender las emociones y posiciones del grupo, inspirar a
tus seguidores y tener la coherencia para
que puedan ver el atractivo del emprendimiento para ellos también. Ya
pasó a la historia la filosofía de contratar gente para que trabaje para la
empresa, ahora la idea es agregar valor al equipo de trabajo, para agregar
valor al segmento. Un emprendedor ya es motivador por el hecho de arriesgar y demostrar su fe.
2. Organización: trazar un camino
detallado para que todos puedan seguirlas y entender el recorrido, de manera
tal que la incertidumbre se minimice.
3. Maestría: manejar el control del
ego, de manera de evitar ser el centro de atracción y compartir el liderazgo de
una manera honesta, a la vez de enseñar al equipo, sin el egoísmo de entregar
conocimiento. Asimismo, tener el compromiso de mejorar continuamente, hasta el
final de los días, y la humildad de reconocer las áreas de mejora personal y
organizacional.
4. Formación: si te quieres embarcar en
este viaje, la formación continua, tanto
en el oficio o técnicas de producción como empresarial y personal, son
vitales para entender el funcionamiento de productos, servicios, empresas,
grupos de trabajo y muy especialmente tu entendimiento mental y espiritual.
5. Autoridad moral: según Stephen Covey,
esta autoridad es la que se basa en la moral, el conocimiento, la experiencia y
la actuación demostrada a lo largo de la vida. La autoridad del cargo no
significa mucho para los grupos de trabajo, si perciben un resquebrajo en la
autoridad moral.
6. Círculo social amplio: conocer,
trabajar y aprender de personas que están en la misma movida, de proveedores,
de asesores y mentores, alimenta los negocios, especialmente en casos donde hay
retos y se requiere una mano amiga. De ahí que los gerentes pasan mucho tiempo
en reuniones y eventos, para consolidar la red de aliados. Cabe destacar que
hasta los competidores pueden volverse aliados.
7. Observación: se afinan los sentidos
para percibir cambios en el entorno, los clientes, los actores de la industria
(Estado, clientes, dolientes internos, como trabajadores y sus familiares,
socios y financistas, competidores, sustitutos, proveedores, distribuidores) y
actuar con base en estos cambios. Entender las señales del entorno y prever
situaciones. En Venezuela, un claro ejemplo es la inflación y la devaluación,
que juntas hacen trizas los pronósticos de mediano plazo si no se afinan los
posibles escenarios.
8. Comunicación: Escuchar a clientes,
proveedores y trabajadores, con todos los sentidos, es fundamental para poder
entender posiciones ajenas. Y transmitir el mensaje que se quiere dar con un
objetivo claro y la visualización de la respuesta esperada, también es
prioritario.
Ahora que
conoces el tamaño de los compromisos que adquieres, ¿qué decisión tomas?
Recuerda que el camino más corto no necesariamente es el más satisfactorio.
Emprender con pasión y con la satisfacción de dejar un legado familiar y cumplir
el propósito personal de vida: todo esto no tiene precio.
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