Lecciones de Semana Santa para emprendedores


Cuando se tiene la vena emprendedora, cualquier circunstancia es buena para buscar aprendizajes. Así veo la Semana Santa, un tiempo de reflexión espiritual que lleva a los católicos a buscar al Hijo de  Dios en el peor momento de su historia. No sé si otros verán lo que veo en estas fechas, y aquí lo comparto; luego me dicen si han tomado conciencia de estos puntos.
  1. Todo acto tiene como propósito subyacente el servicio a los demás. El gran éxito del Cristianismo  ha sido la labor de Jesús respecto a la sanación y al fomento del amor. No en balde tuvo tantos seguidores en su época, imagínense el poder del servicio que ahora, más de dos mil años después, sigue teniendo seguidores. En otras palabras, para movilizar a la gente, se necesita una vocación de servicio genuina y la generación de bienestar para quien entrega el mensaje. Quien haga un emprendimiento solamente para generar dinero y no tome en cuenta al prójimo en sus aflicciones para darle alivio, a través de la solución de un problema o hacer su vida más llevadera con la satisfacción  de una necesidad, no moverá las masas.
  2. Para tener éxito en el largo plazo, busca quienes trabajen contigo. Algunos estudiosos han criticado la escogencia de los apóstoles, cuando se describe a Pedro como un ser tosco y malhumorado, y en estas investigaciones se preguntan cuáles serían los motivos para seleccionarlo. Igualmente, se ha cuestionado también la selección de Judas, quien terminó vendiendo al Maestro por un puñado de monedas. Creo que la selección de los apóstoles, dada la misión última de propagar el mensaje de Jesús, no se basó en habilidades de negociación y comunicación, como suele ser hoy en día, sino que la escogencia del Maestro fue por su vocación de servicio, capacidad de aprendizaje, reconocimiento de los errores y persistencia. Tanto ha sido así que Pedro se convirtió en el primer Papa. En cuanto a Judas, la historia no se hubiese dado si él no hubiese hecho su tarea. En otras palabras, la visión de largo plazo de un líder es poder mirar más allá de los atributos de primer orden y prever el desarrollo de competencias que aseguren que el trabajo estará hecho en la posteridad. La historia del Cristianismo originario revela una gran capacidad de aguante que no todo el mundo estaría dispuesta a desarrollar. Así, que podemos decir que Jesús hizo su selección de pescadores de hombres de la mejor manera: se quedaron haciendo el trabajo.
  3. Un momento de gloria no se mantiene en el tiempo. Es impresionante la celebración del Domingo de Ramos, que rememora la entrada triunfal de Jesús, el cual que vitoreado cual estrella de Rock. Incluso antes de este evento, su fama de sanador y erudito era tal, que no lo dejaban en paz dondequiera que fuese. Sin embargo, días después de tan hermoso recibimiento, es encerrado, torturado y crucificado. En otras palabras, su éxito no fue suficiente para evitar momentos difíciles, pero Él estaba preparado para ello (lo sabía de antemano y sabía que era inevitable). Si el Maestro tuvo esa caída, donde la gente le dio la espalda, la lección que nos enseña es que no todos los momentos son buenos, no importa lo bien que lo hayas hecho anteriormente. Esto significa que el aprendizaje es seguir esforzándote, hacer frente a los tiempos difíciles y seguir cumpliendo tu misión y/o propósito de vida.
  4. Puedes sacar provecho en tu peor momento. El Cristianismo nos enseña que Jesús no solo murió, sino que también descendió a los infiernos. Aunque me costaba creer que el Hijo de Dios fue enviado a los infiernos donde van los pecadores, las lecturas católicas señalan que su descenso fue, justamente, para presentar la luz a las almas perdidas y condenadas. Esta lección nos indica que, no importa qué circunstancia estés pasando, todavía puedes cumplir tu propósito.
  5. Después de tu peor momento, queda la renovación de la fe. El día más feliz de la Semana Santa es el Domingo de Resurrección, porque nos trae la noticia de que la fe, el amor, a pesar de lo pasado, sigue en su eterna perfección. Creer en que los malos momentos, las peores circunstancias y las adversidades son temporales, es la filosofía de vida del emprendedor, de quien cree en lo que hace y sabe que lo que hace brinda bienestar a una sociedad; así que el primer paradigma a instalar en el software cerebral del emprendedor es: ¡Cree en ti y ten fe en que lo lograrás!
  6. Hasta Jesús tuvo su calvario. Para finalizar estas líneas, les invito a que piensen que el Hijo de Dios, quien siempre ha sabido su poder y ha reconocido tener un precioso reino, pasó en este mundo una de las peores experiencias: dolor, injusticia, hipocresía, al igual que la invitación de las tentaciones de Satanás, y  con todo eso, sigue brillando y movilizando gente. Si el Maestro pasó por tan horrible experiencia, tomemos conciencia de que nuestras experiencias, que no serán tan duras como las suyas, tendrán su dosis de amargura y sinsabores. Todo emprendedor (y todo ser humano) pasa por circunstancias que nos mueven el piso, nos tumban y nos destruyen, con el propósito de hacernos más fuertes, elevarnos a un nuevo nivel que no conseguimos en nuestra zona de confort o, sencillamente, enseñarnos una lección de vida. En nuestras manos está levantarnos nuevamente.


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