Las organizaciones sin fines de lucro: instituciones con maestría en gerencia


Tengo el honor de ser parte del cuerpo de facilitadores de Fundación Empresas Polar, como parte de sus proveedores de confianza. No solamente me ha permitido sentirme bien como profesional y como persona por lo que hago, visto en el impacto generado en los participantes y sus comunidades, sino que ha sido una fuente de aprendizaje e inspiración para mis emprendedores que sueñan con desarrollar una organización no gubernamental.

Cuando entendí por primera vez el tema de las organizaciones no gubernamentales, recuerdo que leí la importancia que tenían estas instituciones como brazos generadores de acciones de responsabilidad social empresarial, y me enamoré del tema. Varias décadas atrás, la literatura señalaba a las empresas como organizaciones de rentabilidad para los socios y aquéllas como mecanismos de cumplir, forzadamente, algunas responsabilidades dictadas por el Estado, en su mayoría. Ya en los años 80 empecé a entender el rol más social de las empresas, para cumplir con las fuerzas del entorno, y que podían ser medios de cambio social más que de apoyo a las localidades, tomando acciones más visibles que las que se perdían en una política pública del Estado. Justamente, Fundación Empresas Polar, junto con otras fundaciones de grandes empresas también, ganaban terreno  en desarrollar acciones de bienestar social y de acompañamiento local.

En las circunstancias que aquejan a la Venezuela del siglo XXI, me alegra saber que hay muchas personas y grupos interesados en trabajar por el desarrollo social del país, y como emprendedores, se me acercan con muchas ideas y buenas intenciones; sin embargo, percibo que hay un malentendido al pensar que, como no hay lucro, requieren de poca gerencia y que el modelo de servicio se dirige solamente a la operación de generación del bienestar requerido. He visto cómo emprendedores sociales no toman en cuenta algunos aspectos como el control, las comunicaciones o la estimación de costos porque no van a generar rentabilidad.

He estado en  dos actos de rendición de cuentas de Fundación Empresas Polar y he admirado la maestría en hacer obras de gran impacto con los recursos disponibles, y en su quehacer diario la impecabilidad en cumplir con el proceso administrativo de sus operaciones y actividades conexas: planificación, organización, dirección, ejecución, control y evaluación. ¿Cómo una organización sin fines de lucro entra en el camino de la excelencia? He aquí mi punto de vista:

  1. Las ONGs se diseñan como negocios. Las organizaciones, cualquiera que sea su fin, ameritan un cuidadoso diseño en su entrega y captura de valor. Si bien es cierto que los negocios se piensan en función de obtener una rentabilidad, las organizaciones sin fines de lucro se plantean en generar una agregación de valor colectivo, es decir, la propuesta de valor exige satisfacer problemas o necesidades a un público que valorará dicha propuesta. Al igual que los productos y servicios de un negocio, la oferta de valor debe ser atractiva para su público objetivo. Adicionalmente, se plantean mecanismos de engranaje entre sus objetivos,  operaciones, recursos, estrategias, entorno y finanzas.
  2. Las ONG trabajan para dos segmentos, al menos. Al establecer los segmentos en el diseño, se plantean los segmentos de los beneficiarios, o quienes van a capturar el valor objeto de la institución. Pero no se puede dejar a un lado el segmento de los patrocinadores o benefactores, que son quienes entregarán los recursos necesarios para que la organización funcione. Para ellos, el atractivo de la propuesta de valor consiste en cómo se asegura el buen uso de sus recursos, por una parte, y cómo pueden generarse beneficios sociales que les impacte positivamente. En este sentido, impactos indirectos y de largo plazo, como la disminución del vandalismo en la localidad donde operan, por ejemplo, pueden ser atractivos para este segmento. Así que conocer los problemas comunitarios que sufren las empresas y /o la manera en que ellos quieren agregar valor a sus comunidades, permitirá plantear una oferta de valor atrayente. Otro segmento al que comúnmente sirven estas organizaciones, es el segmento de voluntariado. A él también hay que ofrecerle un valor agregado atrayente, que garantice su incorporación.
  3. El control de gestión, la auditoría financiera y administrativa como primeras actividades clave. Usualmente, este tipo de organizaciones trabaja con dinero de terceros, por lo que la transparencia de la gestión, la verificación confiable del uso y destino de los recursos garantiza que los benefactores sigan haciendo su aporte. Al no haber transparencia financiera o en la gestión administrativa y operativa, la merma de fuentes de ingresos puede ser peligrosa, a la vez de las posibles implicaciones legales por malversación de fondos, agavillamiento y corrupción, situaciones en la que los benefactores o patrocinantes no querrán verse involucrados.  Es importante señalar que la impecabilidad en los procesos, documentados y verificados en su versión más óptima, las auditorías administrativas, así como el registro contable según las normas internacionales, respaldadas por auditores externos independientes y de alta reputación, garantizan una fuente de recursos en el largo plazo. Incluso si el benefactor es parte de un lazo accionario, como es el caso de Fundación Empresas Polar con su benefactor, Empresas Polar, las rigurosidades no deben perderse.
  4. La conversión de valores en conductas demostrables. Alinear los comportamientos del equipo de trabajo y colaboradores o aliados externos, y todo su sistema cliente con base en la declaración de sus valores, cohesiona con mayor facilidad al sistema para un trabajo que requiere mucha sensibilidad. Ayudar a comprender a los beneficiarios del valor agregado que reciben, permitirá que el impacto en el largo plazo tenga mayor visibilidad, dado que todo el sistema cliente puede generar cambios conductuales individuales y colectivos con conciencia.
  5. Dejar clara la teoría organizacional.  Establecer una teoría de la institución, con su planteamiento de misión, visión, valores, competencias generales, factores clave de éxito, y retos organizacionales para ser convertidos en estrategias, a la vez de su planteamiento estratégico en metas de largo plazo, la claridad de la gobernanza y las metodologías para la toma de decisiones, no son planteamientos exclusivos de los negocios; también las organizaciones sin fines de lucro ameritan esta estructura.
  6. La medición, la punta de lanza de la gestión. Me ha tocado asesorar a gerentes y empresarios sobre la necesidad de las mediciones, por su importancia en el control y la evaluación de los resultados, pero en las organizaciones no gubernamentales, tener claros sus indicadores clave aseguran el éxito final. Preparar un balanced scorecard o iniciar sus mediciones con una lista de sus indicadores clave, definiéndolos, razonándolos, formulándolos y estableciendo sus criterios de aceptación, ayudarán a la orientación de los esfuerzos. Aquí es prioritario mencionar que entre los indicadores de resultados, de gestión y de impacto, estos últimos son los más relevantes, dado que explicarán el alcance y las repercusiones de la labor social. Para ello, plantearse en las estructuras y procesos los recursos y actividades requeridos para  su medición, harán la diferencia a la hora de captar patrocinantes, voluntarios o benefactores.

En mi caso modelo, no me queda la menor duda que Fundación Empresas Polar trabaja con todos estos criterios. Mis felicitaciones por su labor.

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